CONTROL DE PLAGAS

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El uso de quimioesterilizantes para controlar las poblaciones de palomas en entornos urbanos es una práctica que se está introduciendo en nuestras ciudades, generando polémica en el sector del control de plagas, en cuanto a su seguridad y efectividad. Se cuestiona, además, la legalidad de este uso de fármacos esterilizantes, no autorizados como biocidas. Desde Higiene Ambiental Consulting hemos entrevistado a seis expertos acerca del tema.

La sobrepoblación de palomas (Columbia livia var. domestica) es un problema de salud pública y ambiental en muchos pueblos y ciudades por diferentes motivos. Entre ellos, las molestias ocasionadas por el deterioro de edificios y mobiliario urbano provocado por sus excrementos y el riesgo de zoonosis, ya que pueden ser vectores de diferentes enfermedades a las personas.

Para evitar estos y otros impactos negativos asociados a la abundancia de palomas, se recurre a diferentes métodos de control como la instalación de dispositivos de exclusión. También se ponen en práctica medidas más drásticas como la captura y posterior translocación o sacrificio de los ejemplares. Estas capturas son muy discutidas y constantemente impugnadas por sectores animalistas, forzando a las administraciones a buscar soluciones alternativas que no comporten capturas ni el consiguiente sacrificio.

En este sentido, de un tiempo a esta parte, muchos municipios han empezado a utilizar, o tienen previsto hacerlo en breve, productos quimioesterilizantes para reducir la población de palomas. El producto quimiesterilizante más utilizado es la nicarbazina. Se trata de un coccidioestático, un medicamento veterinario que, secundariamente, inhibe de forma temporal la producción de huevos en las aves.

Dejando a un lado la controversia respecto a los aspectos legales de la aplicación de un producto veterinario como producto de uso ambiental para el control de palomas, la aplicación de este método de control ha suscitado mucha controversia, tanto en el ámbito conservacionista como en el profesional del sector del control de plagas.

La luz verde de la administración al uso de estas substancias en el medio urbano, mediante la dispensa de grano impregnado al que tienen acceso libremente las palomas, parte de una serie de asunciones por contrastar:

  • Que a dicho grano impregnado no tienen acceso otras especies no objeto del tratamiento (uno de los pilares básicos en que se sustentan las autorizaciones administrativas de cualquier método de control de plagas)
  • Que aunque tuvieran acceso no afecta a esas especies
  • Que los depredadores naturales que depredan sobre las palomas tratadas no se ven en absoluto afectados
  • Que es totalmente inocuo para el medio ambiente
  • Que es totalmente inocuo para las personas y los animales domésticos
  • Que por encima de cualquier consideración es un método eficaz y ético de control de la población de palomas urbanas

Para arrojar más luz a la conveniencia de este método de control de la población de palomas urbanas hemos entrevistado a cinco especialistas del ámbito conservacionista y académico, asi como al responsable político del programa de control de palomas con nicarbazina del Ajuntament de Barcelona:

  • Dr. Javier Quesada, biólogo, conservador de vertebrados del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona. Lidera el proyecto PASSERCAT, cuyo objetivo es estudiar la dinámica de la población de gorrión común (Passer domesticus) en Cataluña y determinar los factores de su disminución, especialmente en las zonas urbanas, para proporcionar soluciones para la gestión de la conservación. 
  • Prof. Dr. Daniel Haag-Wackernagel, del Departamento de  Biomedicina de la Universidad e Basilea
  • Marco Dinetti, Responsable de la Oficina de Ecología Urbana; Lipu / BirdLife para Italia
  • Nicolás López, Responsable del Programa de Conservación de Especies de SEO/BirdLife
  • Frederic Ximeno, Comisionado de Ecologia del Ajuntament de Barcelona
  • Prof. Dr. Santi Mañosa, Profesor de Gestión de Fauna y de Conservación de la Biodiversidad del Departament de Biologia Evolutiva, Ecologia i Ciències Ambientals de la Universitat de Barcelona.
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ENTREVISTAS

¿Qué opina del uso de quimioesterilizantes para el control de palomas en medio urbano?

Javier Quesada:  Es un método difícil de controlar, tanto para la propia especie diana (por problemas de control de la dosis) como por la posibilidad de poder afectar a otras especies.

Daniel Haag-Wackernagel: Dado que no es posible tratar a toda la población de palomas, todos los métodos que apuntan al control de la natalidad no pueden funcionar. Las aves no tratadas pueden mostrar una natalidad compensatoria; tan solo el 5% de una población de palomas puede producir suficientes crías como para compensar las pérdidas. Una posible disminución de la natalidad puede también ser compensada por la inmigración de palomas jóvenes, provinientes de bandadas no tratadas. Puede también suceder que los individuos dominantes coman más del alimento tratado, provocando una selección negativa en individuos sanos y fuertes.

Además, no es aceptable introducir tales substancias en los ecosistemas urbanos. Los efectos sobre la cadena alimentaria urbana no se han estudiado en la mayoría de las sustancias utilizadas y, en general, parece cuestionable depositar agentes tóxicos y biológicamente activos en el entorno humano.

Marco Dinetti: Investigadores europeos e internacionales han señalado que la forma correcta de actuar no es tratar de reducir la natalidad, sino trabajar al «nivel del entorno humano» para reducir los recursos de las aves. Los quimioesterilizantes no tienen efectos duraderos, porque la inhibición de la reproducción cubre solo unos pocos días. Esta técnica es costosa y compleja de usar. Es mucho mejor usar el dinero público de otra manera.

Nicolás López: El uso de esterilizantes químicos para el control de palomas urbanas en núcleos de población no resulta aconsejable y no debería autorizarse, ya que puede afectar negativamente a otras especies, a las personas y se desconocen sus efectos concretos en los ecosistemas. En concreto la nicarbazina es un fármaco veterinario que se emplea para el tratamiento de la coccidiosis en pollos de granja y que ahora se está usando para el control de la natalidad de las palomas.

Resulta fundamental que exista una regulación específica para la administración de estos fármacos de uso veterinario y delimitar su posible uso como biocida, ya que actualmente está permitido su uso en España para curar una enfermedad en pollos de granja, pero para nada más. En términos generales, el uso de sustancias químicas puede acarrear, tanto en ecosistemas urbanos como silvestres, consecuencias en muchos casos desconocidas o escasamente controladas. Por ejemplo, esta sustancia provoca un aumento de la frecuencia de mutación en ciertas cepas de Salmonella y es sumamente tóxico para los organismos que viven en los ecosistemas acuáticos. Es deseable que las administraciones adopten una postura preventiva antes de autorizar el uso de este tipo de sustancias, apoyándose en datos científicos que analicen los efectos del uso del compuesto, tanto directos como indirectos.

Frederic Ximeno: Ante el ineficaz y poco ético método convencional de captura y sacrificio, que implicaba, por ejemplo en el caso de Barcelona, el sacrificio de 60.000 individuos anuales para el mantenimiento de una población de 200.000 palomas, el uso de nicarbacina es un método a tener en consideración y por ello hemos iniciado su implantación en Barcelona, con un estricto protocolo de minimización de riesgos y un seguimiento científico por parte de la UAB, así como un control in situ de los dispensadores para evaluar la presencia de otras aves. (otros quimioesterilizantes no, en ningún caso).

Prof. Dr. Santi Mañosa: El uso de quimioesterilizantes puede reducir la fertilidad de estas aves, pero su efectividad para controlar las poblaciones de palomas urbanas y reducir las molestias o daños que ocasionan -que, al fin y al cabo, es de lo que se trata- no ha sido demostrada de forma inequívoca. En cualquier caso, la interrupción del tratamiento supone la recuperación de la población, de modo que un control basado únicamente en esta medida no es económicamente sostenible a largo plazo. Dadas las incertidumbres que todavía plantean el empleo y la efectividad de estos productos en el medio natural, es necesario que las administraciones que se hayan decantado por este método realicen un seguimiento independiente, público y detallado de estos programas de control, proporcionando datos precisos sobre los protocolos y resultados. Sólo de esta forma se podrá valorar su efectividad y riesgos y decidir sobre la continuidad de los mismos.